El arquitecto, académico y teórico japonés Arata Isozaki (1931) ha ayudado a impregnar de influencia japonesa a algunas de las más prestigiosas obras del siglo XX.
Trabajando inicialmente en una distintiva forma de modernismo, Isozaki desarrolló sus propias ideas y teorías en la arquitectura, a través de un complejo estilo que evoca formas y espacios puros de la misma forma que evoca ideas post-modernistas.
Altamente adaptable y con vocación social, su trabajo ha sido aclamado por ser sensible al contexto y al mismo tiempo por servir como declaración de principios.
Nacido el 23 de julio de 1931 en una familia adinerada, Isozaki se graduó de la Universidad de Tokio en 1954 e inició su carrera bajo el influyente arquitecto modernista japonés Kenzo Tange. Isozaki se convirtió en su protegido, y incluso después de abandonar la oficina de Tange en 1963, continuó trabajando con su antiguo mentor a lo largo de la década de los 70.
De todas formas, Isozaki se hizo un nombre propio en la arquitectura, atrayendo la atención de los críticos y la prensa con la Biblioteca Prefectural de Oita, una construcción en hormigón que comparte inspiración del brutalismo y el metabolismo al mismo tiempo. El proyecto le valió ser invitado como arquitecto jefe de la Expo 1970 en Osaka, junto al propio Tange.
Con la misma rapidez con que Isozaki se hizo un nombre propio, se volvió esquivo en su categorización. Sus primeras exploraciones dentro del movimiento moderno rápidamente decantaron en visiones más personales que incorporaron ideas post-modenristas. Su sentido del humor ayudó bastante: el Fujimi Country Club (1973) en Oita tiene la forma de una signo de interrogación, supuestamente un signo de que Isozaki estaba desconcertado por la obsesión de su país por el golf.
De cualquier forma, su estilo idiosincrático cautivó su forma: en los años ochenta trabajó en el Museo de Arte Contemporáneo de Los Angeles y estuvo a cargo de instalaciones olímpicas para los juegos de 1992 y 2006, de los cuales ambos fueron bien recibidos por su atención al contexto en el cual fueron construidos.
Según su sitio web, "Isozaki ha creado una arquitectura tan personal en sus ideas y espacios que desafían la caracterización en cualquier escuela de pensamiento. Al mismo tiempo, se resiste a la tentación de aplicar un sello de estilo a sus obras, prefiriendo en cambio crear soluciones arquitectónicas específicas para el contexto político, social y cultural del cliente y el sitio en cuestión". Y aunque siga trabajando en evitar etiquetas, sus proyectos continúan un balance entre la pureza y la complejidad.
Conoce en detalle obras de Arata Isozaki, haciendo click en el set de miniaturas a continuación.